Archivo de marzo 2008

21
Mar
08

Tono, politono, sonitono y la madre que los parió.

Estoy convencido de que los teléfonos móviles tienen más inconvenientes que ventajas.

 No es sólo que te tengan localizado a todas horas, lo cual no hubiera soñado ni el mas ignominioso dictador orwelliano, si no que todo el mundo cree que cuando te llaman has de estar disponible y presto a hablar. Los británicos tienen una sana costumbre (tienen alguna más pero que no se diga) que és la de llamar por teléfono y anunciar sus visitas, nada de presentarse de sopetón y pillarte in media res de cualquier cosa. Es algo muy civilizado, pues el que recibe puede dispensar la atención y preparar el recibimiento que merezca la visita.

 Con el teléfono fijo, siempre podias hacer caso omiso a las llamadas y fingir no estar en casa. Si las llamadas se repetían mucho y el que llama no desistía se podía colegir que era algo urgente y coger el teléfono en última instancia. Luego las mas de las veces no era nada importante y te tenias que someter al muy recriminatorio «Te he estado llamando», pero uno formaba hábiles excusas como que estaba en la delicada operación de quitarse un padastro o preparando un plato de fubu a la meniere con caviar belouga y salvaba el ominoso envite.

Pero todos quieren hablar y quieren hablar ya, cuando les place. ¿Que fue de aquellas conversaciones ceremonialmente preparadas, acondicionadas, servidas para el disfrute de los dialogantes de la antigüedad? En mis tiempos de estudiante erasmus en inglaterra  (todavía internet era incipiente y si decias hotmail pensaban que te referias a una página guarra) conocí a dos colegas finlandeses, Harri Kukkula y Antti Hyavarinen, nuestras conversaciones eran de lo más singulares. La visita comenzaba arrellanandose en unos buenos sillones que tenia, entonces sacaba mis botellas para las visitas Absolut Citron (algún dia comentaré lo poco chauvinistas que son los nordicos para con sus bebidas espirituosas)  y Teacher´s , los cubitos (los hacía de agua mineral como es de ley, salvo los maltas)  junto con unos cacahutes y unas papas más que nada para adornar. Entonces uno de nosotros comenzaba a hablar de lo bueno o malo que había sido el tiempo de aquel día, seguido de un estupendo lingotazo en trago lento (ellos de vodka yo de whisky). Después se hacia un largo silencio (solo interrumpido por el gorjear de los pájaros del jardín que no me había podido cargar de buena mañana), hasta que alguno decía algo así como «pero mañana igual es mejor», que una vez pronunciado despaciosamente iba como es natural acompañado de otro largo y sentido sorbo., al que seguia una nueva extensa pausa. Seguiamos con «puede que sí» y nuevo castigo al hígado seguido de hieratismo.  Solía ser tal que así. Bien es cierto que por mi carácter mediterraneo en las primera visitas me costó coger el tempo, pero luego lo disfrutaba de lo más. Obviamente el alcohol finalmente hacía mella y tarde o temprano comenzabamos a hablar de temás más trascendentes como las sublimes tetas de alguna compañera o de si era mejor alonso o raikkonen, pero siempre despacito y bien regado. Se me puede objetar que eso no era hablar y es cierto, era beber en buena compañía.

Hoy se habla como si se tratara de cualquier cosa, como si el silencio se pudiera ensuciar con cualquier pedo de discurso. Hasta algo tan lamentable como la función fática se echa por los suelos con multiples «te cuento», «ya te digo», «es lo que tiene»… lo cual sube a la enésima potencia si la conversación es telefónica y por móvil. 

 A esto se me rebatirá diciendo que si tienes el buen juicio de apagarlo por un lapso de tiempo, no te importunan y es cierto, pero sólo en parte, porque luego están las recriminaciones de «te he llamado y lo tenias apagado».  Y sinceramente paso de tener dos o más teléfonos móviles, eso ya es de una presunción colosal, que vayas a tener que usar dos línas para canalizar a los que quieren hablar contigo.

 De todos modos esto no es lo más lacerante, lo verdaderamente execrable es lo de los que usan el móvil para algo más que hablar, para fardar. Se gastan cientos de leuritos en móviles que deben servir hasta para fregar el piso, porque si no es que no me lo explico. Quan patético resulta presumir de algo que se compre con dinero. Cuando la función fática decae el deporte nacional es escuchar los tropecientos terabites de tonos, politonos, sonitonos y la madre que los parió que llevan esos cacharros del demonio y aunque confieso que me gusta la musica bleep también digo que me gusta elegirmela a mi.

02
Mar
08

La Aritmomania del Conde Draco.

El vampiro matemático es el personaje de Barrio Sésamo más interesante y enigmático.

 

Pese a que sus intervenciones en la mayoría de los casos son para contar (y descontar) items, no deja de ser curioso que los creadores de este programa no tuvieran otro personaje para enseñar a los niños a contar que una versión en teleñeco del mísmisimo conde drácula (la relación aunque ténue existe como explicaremos a continuación):

 El personaje en sí es sin duda el más conseguido, sus cejas pobladas, sus orejas simétricas con la nariz, eses minicolmillos blancos poco amenzadores, esas altas solapas en cuanto al aspecto exterior y esa acento centroeuropeo en la versión americana.

 A algun estúpido se le ocurrio que count se podria confundir con cunt o con fuck y lo censuró. Lo cierto es que si cambias la palabra count por fuck en los pitidos el video es la risa padre por la letra de la canción:

  Desde luego es un personaje que da juego porque incluso aparece con Harry Belafonte contando cocos en una minúscula isla tropical y diciendo que es maravilloso estar vivo (un vampiro!!!) vestido con camisa estampada y gorro amarillo.

 Se toma muy en serio su misión vital de contar y contar (lo cual no deja de ser un increible acierto y demuestra la cultura de los guionistas pues en la mitología era una forma de cargarse un vampiro, porque no podian evitar ponerse a contar). Todo ellos hasta el punto de que por ponerse a contar llega a  fustrar las misiones de otros personajes como la rana gustavo (kermit) en este sketch en que es ascensorista.

 Sin embargo en otros su manía se complementa con la de otros con los que coopera, como este en que cuenta las galletas que luego se comerá el monstruo de las galletas (notable la presentación) y como dice que van a CO OPERAR.

 Su verdadero caracter se vislumbra en algunos otros como este en que cuenta flores, entra con una música de órgano muy apropiada para él pero no sabemos si tanto para los crios, cuenta las 7 flores pero se da cuenta de que són flores de ajo y estornuda por su alergia a ellas contando sus estornudos, y al final de contar se regocija mientras suena un trueno y brilla un relámpago, marca de la casa, genial! Su obsesión por contar le lleva a poner en peligro su própia integridad física y salud.

Aqui cuenta huesos con un esqueleto que al final se acaba riendo con él, todo muy tétrico para ser infantil. Pero así era la Bola de Cristal y la adoramos. Esta canción también ha sido objeto de censura y comentarios desaprobatorios, hay un momento que dice «there is something hard inside that cannot be denied…» (00:14 a 00:16) o algo así…

 Este es también de los fundamentales, en él esta con una vampira «amiga» (según dice él), en la intimidad de su castillo y bailan un vals, ella hierática lo mira amorosamente, mientras el comenta que pese a que otros lo consideran aburrido, a le encanta contar hasta 3, sigue la canción diciendo que entra en EXTASIS contando, abalanzandose sobre su amiga y cuando termina le dice a su compañera «me encanta cuando nos citamos, pero me encanta más cuando contamos…»

 En realidad tenía dos «novias» Countess Von Darling (condesa cariño) y Countes Von Backwards (condesa hacia atras…) Desde luego el personaje merecía un spin off.

 De los videos con la condesa Natacha este es mi preferido de largo, en él el conde henchido de amor, le confiesa a la condesa sus sentimientos a ella, mecidos en la música romántica de cuerdas, en una tapia de flores frescas bajo la luz de la luna (que bonito!!!) y le pide que se case con él, pero ella aunque lo ama le dice que NO, el conde que entonces aprovecha para reformular su proposición y como no, CONTAR CADA VEZ QUE LA CONDESA LE DA CALABAZAS, es el video más irónico e hilarante de todos y donde sale el carácter obsesivo compulsivo del conde. Lo único que faltaria para ser perfecto es que la condesa le dijera al final que no se casa con él porque amá mas el contar que a ella.

Pero el conde también tiene un lado oscuro, cada vez más oscuro, en este sketch la música es todavía más siniestra si cabe, máxime para un programa infantil, aparecen murcielagos revoloteando, su casa es lóbrega y con telarañas y candelabros por doquier, se mira al espejo y no tiene reflejo (los guionistas comienzan a reforzar el carácter más allá de ser una caricatura que cuenta), la puerta chirria y entonces llega el cartero. La escena es surrealista, el conde le dice que le llaman el conde porque le gusta contar (no por ser el conde drácula, es un juego de palabras entre count de conde y count de contar) y el cartero le dice que se llama cartero porque lleva las cartas… Todo muy fuera de lugar como un cartero repartiendo 3 sacos de caratas a las 12 de la noche (mirar el carrillon)… Los murcielagos son sus niños (children) y les dice que no quiere jugar con ellos ahora. Entonces es cuando se revela su verdadero carácter, el cartero le dice que tiene que tener muchos amigos porque recibe muchas cartas, pero el conde es sincero y noble, majestuosamente le confiesa que no tiene ningún amigo y le dice que él se ha escrito esas cartas a si mismo, pero no para leerlas sino para contarlas. Es digno de Des Esseintes de J.K Huysmans, conmovedora confesión y paroxismo de su Aritmomania.

 Me recuerda siendo anterior a Vampire´s Kiss.

Y esta interpretación al órgano ya es de órdago, «… en la vieja transilvania, cuando era un jóven, nuestro castillo era frio, pero nunca triste…» y más adelante «learning to c(o)unt was the key of it all…», lo recuerda con nostalgia, ahora en su propio castillo,

 Y terminamos con una mojiganga, el conde se va de comprar, pero su dinero es sólo para mirar (será situacionista quizás!!!), para poder contar los articulos que se venden, los tenderos no le comprenden y hay un agente de la Ley que le persigue, pero el consigue contagiar su entusiasmo irrefrenable por contar a todos y sigue tan campante.